10 principios para una biblioteca abierta y hospitalaria… y 5 propuestas para hacerla posible
La biblioteca es acceso a la información, al conocimiento, al entretenimiento, espacio de encuentro, de formación… y también de inclusión social e igualdad de oportunidades. Las puertas de las bibliotecas están siempre abiertas para todas las personas sin distinción alguna, y sus profesionales trabajan para que así sea. Es verdad que no es una tarea fácil conseguir esa unión y equilibrio entre personas distintas, pero si en un lugar tiene efecto esta suma es ahí, en la biblioteca.
La biblioteca Civican ha llevado a cabo una serie de encuentros («Periferias: Laboratorio social “convivir con libros”») para profesionales del ámbito bibliotecario y/o vinculados a la mediación social en los que trabajar y desarrollar un marco de actuación y comportamiento para afrontar las nuevas problemáticas sociales.
El objetivo del laboratorio es compartir reflexiones y dialogar sobre el papel integrador de la cultura y las posibilidades que ofrecen las bibliotecas como espacio de emancipación y convivencia. A través del análisis del contexto actual desde una perspectiva crítica se propondrán ideas para contribuir a una sociedad más justa y cohesionada.
A través de dicha actividad han elaborado un decálogo de cómo debería ser una biblioteca inclusiva, abierta y hospitalaria. En él se destaca el respeto hacia las personas y el entorno bibliotecario, la equidad, el diálogo, el espacio seguro y el encuentro entre realidades sociales diferentes. Además, han identificado una serie de propuestas para hacer que esta biblioteca abierta y hospitalaria sea posible. Entre las que destaca la importancia de la necesidad de personal cualificado e interdisciplinar y la colaboración de la biblioteca con otras entidades sociales.
Me gustaría que la biblioteca fuera ese lugar en el que todas las personas, independientemente de su situación o condición, encuentren las herramientas (técnicas y humanas) para acceder a la cultura y a la información; también un punto de encuentro en el que socializar, compartir ideas y disfrutar de las posibilidades estéticas; quisiera, en fin, que la biblioteca fuera un espacio hospitalario.
10 principios para una biblioteca abierta y hospitalaria
- La biblioteca es un espacio hospitalario; quienes lo compartimos tenemos el derecho y el deber de tratarnos bien.
- En la biblioteca las personas somos lo primero; cada una tenemos un nombre y no una etiqueta.
- El bienestar personal es un elemento clave en la biblioteca; se basa en el respeto a la diversidad, la atención a las necesidades especiales y la disposición a la escucha activa.
- La biblioteca impulsa la equidad, garantizando el ejercicio de los derechos culturales: participar y disfrutar de los beneficios de la cultura y la ciencia, acceder al conocimiento, la comprensión y la creatividad humana.
- La biblioteca facilita espacios y oportunidades (tiempos y actividades) para el diálogo y la expresión creativa.
- En la biblioteca se reconocen y promueven los diversos saberes y capacidades de las personas que acudimos a ella.
- La biblioteca quiere ser fácil de usar y comprender, por eso procura garantizar el acceso a sus recursos y el uso sencillo y natural de sus servicios.
- En la biblioteca disfrutamos del arte y cultivamos el goce estético como una dimensión que nos enriquece.
- La biblioteca es punto de encuentro de realidades sociales diferentes que precisan distintas formas de intervención social.
- La biblioteca debe ser fiable y segura para quienes estamos en ella. De ahí la importancia de que todas las personas cumplamos las normas que la regulan.
5 propuestas para hacerla posible
- Crea las condiciones materiales (recursos técnicos) y humanas (equipo suficiente y estable) que permitan a la biblioteca cumplir su misión de promoción sociocultural.
- Considerar la atención psicosocial a las personas como una función bibliotecaria específica, potenciando (a través de la formación, la selección de personal, etc.) un perfil bibliotecario que incluya la mediación social y cultural.
- Crear equipos interdisciplinares (personal bibliotecario, trabajadores y educadores sociales, entre otros) para atender adecuadamente las necesidades de cada biblioteca.
- Favorecer el diálogo y la generación de sinergias entre bibliotecas y entidades sociales para compartir herramientas y actuar conjuntamente.
- Ante posibles situaciones de conflicto y otros contextos extraordinarios, diseñar entre bibliotecas, servicios sociales públicos, centros educativos y policía local, protocolos conjuntos de actuación que permitan una respuesta puntual y adecuada.
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