6 movimientos para abrir correctamente un libro nuevo
La apertura de un libro nuevo es todo un ritual. Es verdad que cuando se compra un libro en lo que menos se piensa es en cómo se debe abrir y se va directamente a hojearlo o a empezar con su lectura. Esto puede tener graves consecuencias para el libro en cuestión con el paso del tiempo y con el uso que se le dé al mismo, más si es de tapa dura, con un importante número de hojas y tiene ya unos cuantos años.
Hace unos días llegó hasta nuestras pantallas una interesante publicación en la que aparecía una hoja de papel impresa en la que se daban unas instrucciones sobre cómo se debía abrir un libro nuevo. El título de la misma: «How to Open a New Book».
- Coloque el lomo del libro sobre una mesa.
- Baje la cubierta delantera.
- Luego baje la cubierta trasera.
- A continuación, abra algunas hojas de la parte delantera.
- Luego unas pocas hojas de la parte trasera, alterne hojas de la parte delantera y trasera.
- Presione suavemente hacia abajo cuando llegue al centro.
Haga esto dos o tres veces con el fin de suavizar la encuadernación. Si abre el volumen de manera brusca o descuidada, puede romper el lomo y hacer que las hojas se aflojen. Nunca fuerce el lomo […] Se necesita un tratamiento suave, lo mismo que una máquina necesita lubricante. Moraleja: Incluso un libro bien encuadernado puede ser fácilmente arruinado en su primera apertura.
Queríamos indagar un poco más sobre la procedencia de dicho pequeño manual, pero los enlaces de la fuente no nos llevaban a ninguna información que ampliase la misma. A través de una simple búsqueda en Google vimos que dichas instrucciones no eran algo novedoso en el mundo de Internet ya que había publicaciones con la misma imagen desde el año 2005, e incluso antes.
Tras varios intentos de búsqueda encontramos una serie de enlaces que sí nos podían dar una serie de pistas sobre su procedencia. El primer enlace a destacar es “How to Open a New Book” de Bob on books. En él se puede ver como en la parte posterior de dichas instrucciones (suponemos que es la parte posterior a las instrucciones mostradas anteriormente) hay una especie de aviso para llamar la atención de las personas que van a abrir el libro por primera vez.
Sostenga el libro con el lomo sobre una mesa lisa o cubierta, deje que la cubierta delantera baje, luego la trasera, sostenga las hojas en una mano mientras se abren unas cuantas hojas en la parte posterior, luego unas pocas en la delantera, y así sucesivamente abriendo por atrás y por delante, presionando suavemente para abrir las secciones o hasta tres veces para obtener los mejores resultados. Abrir el volumen violentamente o descuidadamente en cualquier lugar hace que probablemente se rompa el lomo y cause daño en las hojas. Nunca fuerce el lomo del libro.
Luego continúa hablando sobre el porqué de la necesidad de dichas instrucciones de apertura de los libros nuevos encuadernados de tapa dura. ¿El motivo? Una mala experiencia vivida [y nada que ver con los cortes en las manos por culpa del papel]:
«Un conocido de hace muchos años, un excelente cliente mío, que pensaba que sabía perfectamente cómo manejar los libros, entró en mi oficina cuando tenía un costoso pedido que trajo para encuadernar listo para enviárselo a casa. Él, ante mis ojos, tomó el volumen y sujetó firmemente las hojas en cada mano, se permitió jugar libremente con él, lo abrió violentamente por el centro y exclamó: «Cuan hermosas se abren sus costuras». Casi me desmayé. Rompió el lomo y tuve que rehacerlo».
Ahora bien, ¿quién era este encuadernador que hacía tal aviso en los libros que encuadernaba? Pues era William Matthews (un famoso encuadernador americano) y que escribió el libro “Modern bookbinding. Practically considered” (1889) en el que relata el anterior incidente.
Hemos revisado el libro y no hemos encontrado nada sobre las instrucciones de cómo abrir un libro nuevo. Hecho que nos lleva a pensar que es una especie de página suelta añadida en los libros que William Matthews encuadernaba o que otros encuadernadores tuvieron a bien añadirla como aviso. En la siguiente imagen publicada en el blog “bibliophemera” se puede ver dicha página dentro de un libro.
Nada más leer estas instrucciones nos vino a la cabeza el monje Ansgar y su problemática con el uso del libro en papel tras estar acostumbrado al pergamino. Sin duda que un nuevo sistema para él, como lo es ahora el libro digital para todos nosotros (bueno, ya tiene unos cuantos años de recorrido). Muchas personas se encuentran como el monje Ansgar en el uso de lectores de libros electrónicos, pero paciencia… solamente es cuestión de tiempo e interés.
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