8 claves para leer más, y de manera más productiva, artículos académicos
No es lo mismo leer una novela por ocio o placer que leer un artículo académico para hacer una investigación o un trabajo. El primer tipo de lectura es una lectura que lleva implícita la relajación del lector, una lectura en la cual la persona se deja llevar por una historia. El segundo tipo de lectura ya es una lectura en la cual es necesaria la concentración y que el lector vaya captando y anotando conceptos e ideas. Se podría equiparar a la lectura de una obra literaria a una lectura pasiva (el lector solamente se tiene que preocupar de leer y seguir la historia) y a la lectura de un artículo académico con una lectura activa (el lector tiene que leer y trabajar sobre ese y otros textos).
A continuación queremos compartir con vosotros una serie de claves, o tips, que te harán rendir de manera más productiva ante tus lecturas académicas. Claves como identificar temas de estudio, hacer listado de lecturas, leer varios artículos a la vez, preguntar a colegas, leer en cualquier lugar, dar a cada artículo un nivel de profundidad en su lectura, crear el hábito lector y compartir tus trabajos.
Leer solamente lo que más pueda interesar, a priori.
Puede llegar a haber infinidad de trabajos y artículos académicos sobre un determinado campo de estudio, así que es aconsejable leer únicamente los que mayor información se crea que, a priori, pueden llegar a dar.
Una buena forma de descubrir lo que más puede interesar es haciendo listados de fuentes de información, de temáticas de estudio, de autores y temáticas afines, de palabras clave…
El objetivo de todo esto es intentar seleccionar únicamente las lecturas que se consideren provechosas y de interés para sacar el máximo partido posible al tiempo que se dispone. Esto ayudará a ganar un buen (y preciado) tiempo al no leer artículos o trabajos que no vayan a aportar mucho (o nada) en una investigación o estudio. No hay que olvidar, ni evitar, las lecturas localizadas de manera fortuita ya que pueden contener gran cantidad de información de interés.
Tener siempre preparadas y a mano nuevas lecturas.
Una vez realizado el listado de fuentes, autores, temáticas… es imprescindible elaborar un nuevo listado con las lecturas a realizar. Con dicho listado se tendrán siempre disponibles tanto las lecturas que se debe hacer como el lugar en donde se tienen que conseguir. Además es interesante, y si es posible, realizar la descarga de los artículos o trabajos para tenerlos accesibles en cualquier momento.
Esta preparación hará que se lleve un control de las lecturas en el tiempo. Además también servirá como soporte para esos momentos en los cuales la saturación mental impida pensar con claridad y saber qué hacer y qué camino a tomar.
Leer más de un artículo o trabajo académico a la vez.
Puede parecer una locura leer más de un artículo o trabajo a la vez, pero hay que funcionar así si realmente se quiere hacer una lectura en profundidad del tema de estudio. En ocasiones es imprescindible y necesario llegar a los orígenes de los trabajos, pensamientos y conclusiones del autor/es.
Para ello es necesario apoyarse de las notas, anotaciones y bibliografía de los trabajos. Esto hará que se profundice más en el tema, además posibilita el conocimiento de nuevas fuentes de información (sobre las que se apoyan los autores) y el conocimiento de nuevos autores a tener en cuenta.
Dejarse aconsejar por compañeros de estudio, trabajo y/o del sector.
Muchas veces se está tan cegado en ser esponjas de información que se olvida levantar la vista y mirar alrededor. Los compañeros de trabajo o estudio pueden dar ideas y pistas sobre hacia dónde ir en cuanto a las lecturas e investigaciones.
Es interesante, e importante, preguntar directamente a compañeros de investigación o utilizar el correo electrónico, redes sociales o las listas de distribución. Puede que se necesite algo de inspiración o ayuda para salir del bucle. Situaciones por las que pueden haber pasado personas previamente y que sepan, seguramente, dar las claves para descongestionar o aconsejar sobre el camino a tomar.
Leer en cualquier lugar y momento… pero sin olvidar la desconexión
Cuando se está metido de lleno en un trabajo todo lo que sucede alrededor parece estar ligado a él. Muchas veces estas situaciones son propiciadas por la no desconexión, aunque bien es cierto que el tema puede llegar a ser tan apasionante que realmente no se busca dicha desconexión.
Aprovechar a leer en cualquier momento y lugar hará que se lea más y que se aproveche el escaso tiempo disponible.
Aunque también es cierto que hay que relajar y hacer que descanse la mente. No es bueno saturarse ni obsesionarse con un tema. Leer algo ligero y que no tenga que ver con el campo de estudio (por ejemplo: algo de narrativa) hará que la mente se relaje y vuelva con fuerzas a la hora de seguir investigando.
Leer cada artículo o trabajo según el nivel de profundidad que se crea conveniente.
Cada artículo o trabajo merece un nivel de lectura. No todas las lecturas tienen porque ser iguales. Hace un tiempo ya hablamos de los distintos niveles de lectura (elemental, de inspección, analítica y sintónica). Unas lecturas requerirán mayor nivel de profundidad y otras una lectura rápida y muy por encima.
También es interesante ir tomando notas, subrayando e incluso compartiendo pareceres con el resto de colegas. La finalidad es que no se quede nada en el tintero e iniciar conversaciones con compañeros para que puedan dar distintos puntos de vista sobre un determinado tema.
A la hora de leer más existen aplicaciones de lectura rápida, al igual que cursos de lectura rápida y que ayudarán a tomar las claves sobre cómo leer más rápido los distintos textos. Claves como no leer todas las palabras, evitar el movimiento de los ojos, no releer contenido, prestar atención a cursivas, negritas y párrafos destacados…
Crear el hábito de la lectura de investigación.
Es muy importante crear un hábito de lectura de investigación. Un hábito en el cual es necesaria la concentración y muy importante el lugar. El objetivo es rendir más y sacar el máximo provecho.
Leer en una mesa de estudio de una biblioteca, en la de un despacho, que haya buena iluminación y que no haya elementos que puedan llegar a distraer (como el teléfono móvil…).
Es importante tener los utensilios básicos necesarios para tomar anotaciones (bolígrafo, lápiz, papel…) y realizar marcas (post-its, subrayadores…).
Hay que tomarse la lectura como un ejercicio metódico. Tratar que la lectura, y la información que se puede conseguir de ella, sea lo más importante desde el momento que se empieza hasta que se acaba con ella, o se da por concluido el ejercicio.
Escribir tus propios trabajos y compartir las conclusiones
Como colofón a todo el trabajo previo, y con la finalidad de asentar los conocimientos, es importante, e interesante, que se compartan los propios trabajos con las conclusiones. Todo el trabajo previo tendrá mayor sentido si es compartido y puede ser leído por el resto de personas interesadas en el tema.
Esto hará que el autor sienta la motivación del trabajo realizado y siga con ganas de seguir profundizando en su campo de estudio, leyendo y aportando conocimiento.
Imagen superior cortesía de Shutterstock