Las bibliotecas públicas son un recurso único en los que estar, leer, aprender o conectarse. Bibliotecas gratuitas y abiertas a todas las personas, pero que necesitan el apoyo social y político para seguir siendo de utilidad y desarrollarse a través de una adecuada inversión. No es ningún secreto que las bibliotecas públicas son de todas y para todas las personas, tampoco es algo que no se haya dicho ya hasta la saciedad. Las propias personas deciden cuándo, por qué y cómo usarlas. Y es que las bibliotecas públicas son una de las piedras angulares de nuestra sociedad, tal y como detalla el proyecto Living Libraries y del que vamos a hablar a continuación.

Living Libraries es un proyecto de investigación financiado por el AHRC de la Universidad de Roehampton, que defiende las bibliotecas públicas a través de las experiencias de la vida real de las personas que las utilizan, trabajan en ellas y las dirigen. El objetivo es demostrar, a través de un testimonio en primera persona, el valor de las bibliotecas públicas del Reino Unido a los responsables políticos y otras personas, a fin de que puedan ser apoyadas, desarrolladas e invertir en ellas para las generaciones futuras.

Entre agosto de 2019 y enero de 2020 recopilamos un total de cuarenta y siete historias orales de personal y usuarios de cinco bibliotecas públicas, y con figuras nacionales del sector bibliotecario. A través de la asociación con National Life Stories en la British Library, nuestras entrevistas se archivarán en el British Library Sound Archive, donde serán de acceso público, dependiendo de las restricciones de acceso solicitadas por los entrevistados. Este archivo se conservará a perpetuidad como un valioso recurso para futuros investigadores.

Dichos testimonios realizados en el proyecto Living Libraries se centran, sobre todo, en cuatro líneas estratégicas de cara al futuro de las bibliotecas públicas, las cuales se detallan en ocho recomendaciones:

• Mejorar la salud y el bienestar en las bibliotecas. Mejorar la alfabetización en salud, acceder a información precisa, rellenar las lagunas en la atención sanitaria y social…
• Crear un lugar seguro para todos. Bibliotecas como infraestructura social, como espacios públicos gratuitos y acogedores que van más allá de los edificios…
• Acceder a información en la que se pueda confiar. La lucha contra la desinformación, la desinformación y las fake news, acceso a la tecnología de la información y servicios en línea, inclusión digital…
• Contribuir a un futuro sostenible. Las bibliotecas como modelos para la sostenibilidad, educar, informar y equipar, ir hacia bibliotecas más ecológicas…

Las recomendaciones para las bibliotecas públicas basadas en las palabras de quienes las usan, trabajan y dirigen

1. El papel clave de las bibliotecas públicas en el apoyo a la prestación de salud pública y atención social, incluidos los servicios de salud mental, debe ser reconocido y financiado adecuadamente.
2. El personal de la biblioteca debe estar adecuadamente capacitado y apoyado si prestan apoyo en materia de salud mental u otro tipo de asesoramiento relacionado con la salud.
3. El papel de las bibliotecas como espacios comunitarios tanto físicos como virtuales debe reconocerse y financiarse de manera adecuada, incluido el mantenimiento de los edificios y vehículos de las bibliotecas, y el fortalecimiento de la capacidad de las bibliotecas para crear y mantener sus comunidades en línea, por ejemplo, a través de las redes sociales.
4. El personal de la biblioteca debe recibir el apoyo de la capacitación y el asesoramiento adecuados para continuar con el compromiso inclusivo, diverso y equitativo con todos los miembros del público.
5. Las bibliotecas deben recibir apoyo en su misión continua de proporcionar información precisa, confiable y verificada, y de mantener sus estudios locales y sus archivos de historia para el bien público.
6. La capacidad de las bibliotecas para prestar apoyo a la inclusión digital presencial al mayor número posible de usuarios debe invertirse de manera adecuada y apoyarse mediante la capacitación del personal.
7. Las bibliotecas deben modelar las buenas prácticas ambientales a través de sus edificios, la elección de proveedores y el comportamiento del personal y los usuarios. 
8. La capacidad de las bibliotecas públicas para ofrecer información confiable, espacios acogedores para el debate y la acción, y el apoyo práctico y de respuesta rápida en torno a cuestiones clave de salud pública, políticas y ambientales debe reconocerse, apoyarse e invertirse de manera adecuada.