Las 3 fases para administrar tu archivo digital personal
En el transcurso de la vida vamos generando una gran cantidad de información y documentación. Cada vez es más raro ver carpetas llenas de papel con facturas o cartas, o mismamente álbumes fotográficos impresos en nuestras casas. Nuestra vida se torna hacia un mundo digital en el cual el espacio que ocupa nuestra documentación ha pasado de estar en estanterías, cajas y cajones a ocupar gigas y gigas de memoria en discos duros físicos, virtuales, servidores, tarjetas de memoria, memorias USB… y a ver quién se acuerda de los CDs ahora.
Ahora bien, la simple presencia de papel en casa “nos obligaba” a colocar (más o menos) esa documentación para no tenerla por medio y a simple vista, cosa que con la documentación digital puede que hayamos dejado un poco de lado. Somos capaces de guardar grandes cantidades de información y documentación digital sin un orden lógico e incluso dejar la organización para más adelante, teniendo dicha documentación digital dispersa por los distintos medios receptores (correo electrónico, redes sociales, plataformas digitales, memorias internas de dispositivos…). Organización que nunca llega… y de que llega uno se da cuenta de que hubiese sido mejor ir haciendo la clasificación y organización poco a poco.
Porque… ¿cuántas veces hemos querido buscar una fotografía y no la hemos encontrado? ¿Cuántas veces hemos querido revisar la factura de la luz y teníamos todas menos, casualmente, la que nos interesaba?… Situaciones que se pueden dar tanto si la documentación está impresa como si está en digital, lo único es que con la documentación digital la descripción se facilita y la recuperación hace que encontrar lo que buscamos sea cuestión de minutos (y no horas).