La norma de catalogación RDA y su implementación en AbsysNet

28 julio, 2016 at 08:03

RDA (Resource Description and Access) es la norma de catalogación que ha sustituido a la AACR2. Esta nueva norma se basa en el modelo conceptual de los requisitos funcionales FRBR (registros bibliográficos), FRAD (autoridades) y FRSAD (materias). Creada pensando en el trabajo en un entorno digital, la RDA refleja la tecnología actual y se adapta a cualquier tipo de contenido y soporte.

La RDA permite describir elementos con el objetivo de vincular datos

El objetivo de la RDA es facilitar la integración de los registros de las bibliotecas con aquellos registros producidos por otras comunidades afines (como los archivos y museos) y presentar un modelo flexible para la representación y captura de metadatos en un entorno tecnológico que está en continuo cambio.

Esta norma comprende un conjunto de instrucciones para la especificación de atributos relacionados con las entidades que se describen (y las relaciones entre ellas), separando las características físicas de las intelectuales que conforman los recursos. La RDA permite describir los elementos que identifican y relacionan ciertas entidades con otras con el objetivo de vincular los datos.

En resumen, una obra se realiza mediante una expresión (sonido, imagen, objeto, movimiento, etc.), se materializa en un soporte (pintura, libro, partitura, vídeo, etc.) y se ejemplifica en un ítem (copia o ejemplar en particular).

Desde Baratz hemos querido que AbsysNet se adapte a esta nueva normativa. Para ello AbsysNet incluye los campos y subcampos implementados en MARC21 y necesarios para realizar la catalogación de los registros bibliográficos de acuerdo con la RDA, en la misma medida en la que el formato MARC21 en sus últimas actualizaciones lo permite.

La fuerte relación entre el rendimiento de los estudiantes y las bibliotecas escolares

26 julio, 2016 at 08:08

No hay día en que la utilidad de las bibliotecas escolares no sea puesta en duda, y más en  una sociedad tan digital como en la que vivimos. Las bibliotecas escolares tienen que demostrar su valor de manera constante e ininterrumpida. Quizás este reto sea el que haga que las bibliotecas escolares estén siempre en constante evolución, adaptación y transformación.

La biblioteca escolar conecta a los alumnos con la información, tecnología y aprendizaje

Por suerte cada vez se tiene más información sobre la necesidad y utilidad de las bibliotecas escolares para el buen rendimiento de los estudiantes en sus caminos formativos. Pero para llegar a este punto hace falta que tanto los directores de los centros educativos, como el equipo de administración y el profesorado tengan conocimiento de las funciones de los bibliotecarios escolares y que sepan porqué pueden ser un plus para el buen rendimiento de dichos estudiantes. Para ello es esencial el contacto directo y continuo de los bibliotecarios escolares con los agentes involucrados en la comunidad educativa. La comunicación y la información son imprescindibles, además de la demostración con hechos.

Hace ya unos meses que hablamos del impulso que el Consejo de Cooperación Bibliotecaria quiere dar a las bibliotecas escolares a través de su II Plan Estratégico. Plan que reconoce a los bibliotecarios escolares como piezas fundamentales para dotar a la comunidad estudiantil de las habilidades necesarias en el manejo de la información y que busca fortalecer a la biblioteca escolar como centro de recursos para el aprendizaje y la alfabetización informacional.

Hoy nos queremos hacer eco de la información que comparte la American Library Association en su último informe sobre las bibliotecas en EE.UU. y que cuenta con un apartado dedicado a las bibliotecas escolares. En dicho informe hablan del bibliotecario escolar como un agente más, y esencial, dentro de la comunidad educativa apoyando a alumnos, al personal administrativo y a los maestros. Destaca a los bibliotecarios escolares como conectores de los alumnos con la información, la tecnología y el aprendizaje, además de ser impulsores del contenido digital en las aulas.

Ser socio de las bibliotecas no garantiza que se sea usuario activo de las mismas

21 julio, 2016 at 08:00

Existe un alto porcentaje de la población española que no es usuaria de las bibliotecas. Pueden haber múltiples motivos para no dejarse ver por las mimas, como por ejemplo la falta de tiempo para ir por temas personales o de trabajo, o por la falta de utilidad de lo que ofrecen. Sin duda que este último motivo es el más doloroso.

Ser socio de una biblioteca no convierte a las personas en usuarias activas de las mismas

Hace unos meses un estudio de la Generalitat de Catalunya decía que el 45% de la población catalana mayor de 14 años no había ido a la biblioteca en el último año. Esta cifra sube hasta casi el 75% en la población española mayor de 18 años según los datos del último barómetro del CIS (junio 2016).

Por otro lado están las estadísticas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte [publicadas en 2016 sobre datos del 2014] y que dicen que hay un total de algo más de 16 millones de socios de bibliotecas públicas en España, lo que supone que un 35% de la población española es socia de alguna biblioteca pública. También están los datos del Instituto Nacional de Estadística [publicadas a finales de 2015 sobre datos del 2014] y que dicen que hay casi 22 millones de socios de bibliotecas, lo que supone que un 47% de la población española es socia de alguna biblioteca.

Comentar que el dato de los socios de las bibliotecas es un dato importante y notorio de la importancia de las mismas en la sociedad, pero que quizás sea igual de importante el dato de los usuarios activos de las bibliotecas… y no siempre se tiene en cuenta. Tener un carné de biblioteca no convierte a las personas en usuarias activas de las mismas. Sí, es un primer paso (y casi primordial), pero no va a hacer a las personas que lo tengan en más activas que otras personas que no tienen el carné. Bien es cierto que para usar la gran mayoría de servicios que ofrecen las bibliotecas el carné es imprescindible, pero hay otros servicios que no necesitan identificación (estudiar, consulta en sala de libros, periódicos…). En definitiva, hay socios de bibliotecas pero que pueden no ser usuarios activos de las bibliotecas y hay NO socios de bibliotecas pero que SÍ pueden ser usuarios activos de bibliotecas.