Las bibliotecas buscan su futuro en la adaptación a la sociedad y a la tecnología
Sin duda que las bibliotecas tienen futuro, y lo tienen porque en su día a día están trabajando en él. Las bibliotecas son entidades que se han adaptado con el paso de los años a la tecnología del momento y a los cambios sociales, se puede decir que la adaptación al cambio y la búsqueda constante de la innovación son pruebas que tienen superadas.
Bien es cierto que aún queda mucho trabajo y que cada biblioteca es un mundo por la tipología de usuarios que pueda tener, por la colección o espacios que tenga, o por su tecnología. También es un mundo porque no todo el personal que trabaja en las bibliotecas es igual. Hay personal que está más predispuesto al cambio y salir de esa zona de confort de la que tanto se habla.
A las bibliotecas les queda un futuro lleno de lucha, trabajo, tecnología y puesta en valor del bibliotecario. Las bibliotecas son más que libros y lectura, son agentes dinamizadores de acciones culturales e intelectuales. Las bibliotecas no tienen miedo a la tecnología ni a lo digital, ya llevan años con ellos y hacen buen uso del “renovarse o morir”. Hicieron muy bien en elegir el camino de la renovación y el reciclaje continuo plasmado en la perfecta combinación de las ventajas tradicionales y las nuevas tecnologías.
Ahora solamente falta que sean valoradas y apreciadas como se merecen, como una organización y un bien indispensable para la sociedad. La voluntad política y la participación ciudadana, así como la búsqueda de alianzas con otras organizaciones, es clave porque su futuro depende en gran medida de ellos… ¡Hay que llamarles la atención!
Sociedad, usuarios y bibliotecarios por el futuro de la biblioteca
El futuro de las bibliotecas pasa por el empoderamiento de los usuarios. Ellos van a ser quienes construyan ese futuro gracias a la colaboración mano a mano con las bibliotecas en el diseño de servicios y espacios.
Las bibliotecas tienen que saber adaptarse a la sociedad, pero mantener su esencia informativa, de conocimiento y ocio. Deben estar por encima de cualquier tecnología y centrar su foco de atención a sus usuarios, escuchar sus necesidades. No sería descabellado repensar los horarios de atención al público para llegar a más usuarios.
Las bibliotecas deben seguir trabajando por la igualdad social y de conocimiento, incluso plantearse la personalización de servicios según usuarios y sus necesidades. Usuarios a los que habría que formar ante la infoxicación para que supieran desenvolverse en esta vorágine digital… y, cómo no, prestar especial atención a los niños y jóvenes. Ellos son el futuro de la biblioteca.
En cuanto a los bibliotecarios mencionar que son más necesarios que nunca y nunca podrán ser sustituidos por tecnología alguna. Hay que formar a bibliotecarios para que ofrezcan un servicio excelente, que sepan ofrecer los servicios de manera atractiva para los usuarios, buscar su especialización, multidisciplinariedad y reciclaje continuo.
Los contenidos de las bibliotecas independientemente de su formato
La combinación entre lo antiguo y lo moderno, entre lo analógico y lo digital… Formatos que están obligados a convivir sin que unos sean mejores o peores cuando lo que importa es su contenido.
Son muchos usuarios los que dicen que el futuro de la biblioteca es digital, pero luego no pueden vivir sin el papel. De hecho la lectura profunda se realiza de mejor manera en papel que en la distracción de los bytes o tinta electrónica.
Bien es cierto que el fomento del libro digital es necesario, como es necesario que tengan las bibliotecas una mayor colección de títulos digitales. Por ahora el libro electrónico no hace sombra al libro en papel en las bibliotecas.
Adaptación tecnológica y rediseño de espacios en las bibliotecas
El uso de tecnología no significa que el trato humano de las bibliotecas tenga que desaparecer. De hecho la tecnología puede hacer que las bibliotecas se muestren más humanas y cercanas, por ejemplo con el uso de las redes sociales. Tampoco deben perder la ola de la movilidad y estar allí donde se encuentre el usuario, y qué mejor que hacerlo a través de aplicaciones móviles o facilitándole el uso del carné electrónico de la biblioteca.
Las bibliotecas tienen que tratar de sacar el máximo provecho de las tecnologías y los servicios online, ser expertas en su uso y enseñarlo. Sin perder de vista cuestiones básicas de los usuarios (y que demandan con frecuencia) como es el uso de enchufes para conectar sus dispositivos móviles y la contraseña wifi.
En cuanto a los espacios, las bibliotecas tienen que trabajar en ser espacios de encuentro, socialización, participación, intercambio cultural y diversidad. Deben ser el centro de la comunidad, de actividades sociales, de formación, creatividad, ocio… además no olvidarse de ser el lugar idóneo para el estudio, la concentración y la lectura.
Las bibliotecas como creadoras de contenidos y custodias de la memoria local
Las bibliotecas son grandes centros de consumición de información. Las bibliotecas tienen que tratar de dar esta información a sus usuarios de manera sencilla y directa según sus necesidades, es decir, deben trabajar las técnicas de la curación de contenidos (content curation) con la finalidad de crear unos contenidos de mayor calidad y relevancia para sus usuarios.
A su vez, las bibliotecas deben velar y salvaguardar el patrimonio local. Las bibliotecas tienen mucho que decir en cuanto a la recogida, almacenamiento, tratamiento y difusión de la información local.
¡¡¡Las bibliotecas son el pasado, presente y futuro!!!
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