Las bibliotecas escolares como centros creativos de aprendizaje
Las bibliotecas escolares deben ofrecer oportunidades de creación y utilización de la información a toda la comunidad educativa. Este es uno de los ocho puntos del Manifiesto UNESCO / IFLA sobre las bibliotecas escolares. Y es que las bibliotecas escolares son una pieza fundamental en los centros educativos y de gran utilidad (y necesidad) para sus estudiantes.
Galicia siempre ha sido ejemplo en su política de gestión de las bibliotecas escolares. Muestra de ello es su Plan LÍA 2016/2020 de Bibliotecas Escolares y los doce desafíos a los que se enfrentan.
El Plan LÍA 2016/2020 de Bibliotecas Escolares es la hoja de ruta del Departamento de Cultura, Educación y Universidad de la Xunta de Galicia para continuar su trabajo a favor de las bibliotecas escolares y para fomentar la lectura en los próximos años.
En él encontramos desafíos como (1) crear una red de bibliotecas escolares, (2) entender la biblioteca como centro creativo de aprendizajes, (3) la biblioteca inclusiva, (4) alfabetizaciones múltiples, (5) competencias ALFIN / AMI, (6) formación del profesorado, (7) estabilidad para las bibliotecas escolares, (8) redes de colaboración, (9) las familias, (10) más y mejores experiencias lectoras, (11) aprendizajes por proyectos y (12) evaluación, estudio e investigación.
También buena muestra de esta importancia en las bibliotecas escolares viene dada desde la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia y la publicación del pasado 1 de septiembre sobre las instrucciones sobre cómo los centros educativos (no universitarios) debían organizar y poner en funcionamiento sus bibliotecas.
Entre dichas instrucciones cabe destacar la denominación que hacen de la biblioteca escolar como “centro creativo de aprendizaje”. También es interesante que se haga mención a que cada centro debe contar con una biblioteca, que debe contar dicha biblioteca con entre un 5 y un 10% del presupuesto del centro, que se debe favorecer la inclusión, que la biblioteca escolar concierne a todo el profesorado y que se debe involucrar a las familias en el apoyo lector y de alfabetización de los estudiantes. A continuación, se detallan todos los puntos de la primera instrucción relativos a las bibliotecas escolares:
11 puntos que todo centro educativo debe tener en cuenta sobre las bibliotecas escolares
- Todos los centros de niveles no universitarios deben establecer medidas de gestión adecuadas para poner a disposición de los alumnos y profesores y, en la medida de lo posible, del resto de la comunidad educativa, una biblioteca escolar que favorezca el acercamiento a los libros informativos y de ficción, y otros recursos informativos, en medios impresos, audiovisuales o electrónicos; presente en la biblioteca o disponible a través de Internet; relacionado con los contenidos del plan de estudios o que puede cubrir la variedad de intereses de la lectura y el aprendizaje.
- El espacio de la biblioteca debe organizarse en función de las prácticas que interese fomentar. En lugar de dedicar todo el espacio disponible para la lectura individual debe distribuir los muebles de una manera que promueva la circulación de las personas, así como actividades individuales y en grupo de lectura (formal e informal), la consulta, la participación, la expresión, la investigación, la manipulación… ampliando las posibilidades de la biblioteca de cara a ser una factoría o un laboratorio creativo de aprendizaje donde el diálogo y la comunicación son imprescindibles.
- Esta biblioteca deberá ser cada vez más una biblioteca inclusiva, que de respuesta a las necesidades de todos los estudiantes en cuanto a accesibilidad, los recursos disponibles a través de la colección física y virtual, los equipamientos y las actividades propuestas.
- En el caso extremo de falta de espacio, o cuando las características del centro no faciliten la creación de una biblioteca central con espacios diversificados, suficientes y con las funciones especializadas, deberá diseñar una “biblioteca distribuida” que tendrá las mismas funciones que una biblioteca escolar centralizada. En circunstancias normales (e incluso si el espacio es reducido) no se podrán separar los recursos en lugares distintos debido al soporte (impreso / digital).
- Los centros establecerán una partida específica para el mantenimiento de la biblioteca escolar, dentro del presupuesto general del centro (entre el 5% y el 10% del presupuesto del centro).
- El equipo directivo deberá tomar las medidas de organizativas oportunas para garantizar el correcto funcionamiento de este servicio educativo.
- La biblioteca escolar deberá facilitar el tratamiento transversal de los contenidos y un enfoque interdisciplinario en los proyectos y actividades, contribuyendo así a los cambios metodológicos imprescindibles.
- La biblioteca será también el “núcleo” de atención a la formación de hábitos de lectura en todo el conjunto de la comunidad educativa, por lo que tendrá que diseñar y apoyar actividades para el fomento de la lectura que contemplen los distintos sectores que la conforman, procurando la colaboración de todos ellos.
- La utilización de la biblioteca concierne a todo el profesorado, de todas las áreas, etapas y niveles, y a todos los programas que están inmersos en el centro para el desarrollo de su Proyecto Educativo.
- El Proyecto Lector del Centro deberá tener una vinculación estrecha con la biblioteca escolar.
- La biblioteca escolar incorporará gradualmente a las familias, para involucrarlas en la capacitación de los lectores, y también en su formación como usuarios críticos de la información y de los medios de comunicación.
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