Las bibliotecas también pasan el verano en piscinas y playas
Es llegar el verano y notar como nos cambia el chip. El calor nos aploma, estamos más relajados por la bajada de actividad estudiantil y/o laboral, y se empieza a notar el cansancio acumulado a lo largo del año. Cosas que hacen que se tenga la mente puesta más en las vacaciones que en cualquier otra cosa, y que hacen que se sienta también la necesidad de desconectar y de cargar fuerzas y energías para otro año más de actividad sin descanso.
Las bibliotecas no están exentas de este cambio de chip. Un cambio de chip que hace que estas se pongan el bañador y las chanclas para zambullirse en las bibliopiscinas y biblioplayas. Un zambullido de ocio y entretenimiento a pie del agua y que espera a los intrépidos bañistas en el césped y en la arena. Sin duda que un claro ejemplo de que las bibliotecas están allá donde estén las personas.
Las biblioplayas y bibliopiscinas tratan de ofrecer servicios similares a los que ofrecen a lo largo del año en las bibliotecas… claro está que salvando las distancias en cuanto al tamaño de las instalaciones y los recursos que se pueden ofrecer desde las casetas acondicionadas. Aún así ofrecen materiales para la lectura como libros, periódicos y revistas. Juegos de mesa para el divertimento de los más jóvenes (y no tan jóvenes) mientras pasan el día con familiares y/o amigos. Actividades en las cuales hacer algo diferente a lo que se había ido en principio a pasar el día. Talleres de animación a la lectura, cuentacuentos, wifi…
Ahora bien, y tal como indica Mercedes Carrascosa en su post en BiblogTecarios, hace falta planificación para que estos servicios de extensión bibliotecaria sean un éxito. Planificar los materiales que se van a ofrecer, el espacio y mobiliario que se va a necesitar, la difusión a través de cartería con las normas de uso y servicios que se ofrecen, la planificación de las actividades de animación, buscar colaboración con otras entidades, evaluación de la experiencia… Sin duda que es un trabajo previo a tener en cuenta y del cual va a depender gran parte del éxito de las biblioplayas y bibliopiscinas. Trabajo previo que no se ve, pero que es imprescindible para el buen funcionamiento del servicio.
Mencionar que no son pocos los municipios que ofrecen estos servicios de extensión bibliotecaria. Sería imposible mencionar a todos los que disponen de biblioplaya o bibliopiscina dado el éxito de este tipo de iniciativas, así que vamos a destacar algunos como la bibliopiscina de Alcobendas (iniciativa con gran aceptación entre los vecinos y que cuanta con personal de Baratz para su funcionamiento), las bibliopiscinas y bibliplayas de la Generalitat de Catalunya (cada verano las bibliotecas públicas ofrecen a sus usuarios la posibilidad de acercarles sus fondos a diversos emplazamientos fuera del edificio de la biblioteca), las biblioplayas de Benicàssim (Mar de Heliópolis y Mar Jorge Comín), la biblioplaya [BiblioArena] de la Biblioteca Pública de Soto del Barco (Asturias)…
Ya no hay excusas como para no ser usuario de las bibliotecas… el verano te acerca aún más a las bibliotecas. Aunque también queremos hacer mención a las tristes noticias que leemos sobre el cierre parcial de bibliotecas en verano. Una realidad que nos da una de cal y otra de arena.
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