Píldoras literarias como remedio para mejorar algunos de nuestros males a través de la lectura

30 mayo, 2019 at 08:00

La lectura no es solo una forma más de pasar el tiempo. Aquellos que leemos de manera habitual sabemos de sus múltiples beneficios, no solo como antídoto para la soledad, también como ayuda contra el estrés o el insomnio. De hecho, un estudio de The Sleep Council, dio como resultados que aquellos (un 39 %) de los que tenían el hábito de leer antes de ir a dormir, lo hacía mejor que los que veían la televisión (39 %) o los que comprobaban su bandeja de correo electrónico (16 %). Incluso hay proyectos que tratan de aliviar la dureza de estar privadas de libertad.

«La lectura es para la mente lo que el ejercicio es para el cuerpo».  Joseph Addison

La lectura nos puede ayudar a comprender nuestra salud y mejorar nuestro bienestar

Hoy queremos centrarnos, sin embargo, en aquellos que giran en torno a la biblioterapia y las iniciativas que nos recetan libros para ayudar a curarnos.

La biblioterapia, es decir, el intento de ayudar a la ciencia a través de las lecturas, se ha demostrado como una gran iniciativa sobre todo en enfermedades como la ansiedad y la depresión leve. Por supuesto, no se trata de suplantar medicamentos con libros, pero sí de fomentar ciertos estados de ánimo a través de la lectura. El hecho de que, mediante determinadas lecturas, seleccionadas y sugeridas por expertos, los pacientes y familiares puedan reconocerse y saber más sobre sus dolencias, puede llegar a contribuir a cierta mejora, o al menos, a cierta tranquilidad. La iniciativa Reading Well en Reino Unido es un buen ejemplo: lecturas avaladas por médicos y pacientes para ayudar a distintos colectivos y sus familiares.

«Reading Well te ayuda a comprender y gestionar tu salud y bienestar a través de lecturas útiles»

En España, han surgido también varias iniciativas como la del Sergas (Servicio Gallego de Salud) de Galicia, basada en Reading Well, que ha puesto a disposición de las bibliotecas públicas y hospitalarias un catálogo de obras que sirven de ayuda en el ámbito de la salud mental. Igualmente Cabezón de la Sal puede presumir de ser el primer municipio de Cantabria en el que se recetan libros, gracias a la labor llevada a cabo por su bibliotecaria junto con la enfermera y el médico de atención primaria de la localidad.

Y no son las únicas porque parece que recetar libros se ha puesto de moda, algo de lo que nos alegramos enormemente. «Te receto un libro», la Farmacia Literaria de Florencia y Lecturina son tres ideas de las que os vamos a hablar a continuación.

Leer por prescripción «médica»

Te receto un libro

Si un día estás en el parque y ves a un señor con bata blanca, no lo dudes y siéntate, cuéntale tu mal y te levantarás con una receta y un libro para curarte. El proyecto surgió de la mano de la Escuela de Escritores hace unos siete años (en 2013) con motivo de la celebración del Día del Libro. El año pasado, durante la Feria del Libro de Madrid los «doctores librólogos» estuvieron «pasando consulta» en la caseta del Ayuntamiento y esperamos que este año se vuelva repetir la iniciativa. Está dirigida a los «letraheridos» de todas las edades.

Piccola Farmacia Letteraria de Florencia

Desde principios de año lleva operando esta particular farmacia. Una librería que dispensa libros según el estado de ánimo de sus clientes. Su personal teoría que dio vida a esta original idea es que los lectores buscan en los libros respuestas y consuelo. Y así, en su librería encontraremos prospectos de lecturas con indicaciones, posologías y hasta posibles efectos secundarios.

Piccola Farmacia Letteraria

Lecturina

Lecturina es el medicamento que propuso la Biblioteca Municipal de Lardero en La Rioja para celebrar el Día del Libro. Apto para todos los lectores de todas las edades, fue dispensado por los facultativos del centro de salud de Lardero; consiste en una caja con una dosis de lectura, es decir, las primeras líneas de obras que se encuentran en la biblioteca y que si el «paciente» quiere puede acudir a ella para la dosis completa. El proyecto fue merecedor del sello CCB por su valor para la comunidad.

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