¿Qué es bibliodiversidad y cuáles son las principales recomendaciones para ponerla en marcha en las bibliotecas?
La bibliodiversidad hace referencia a la diversidad cultural aplicada al mundo del libro. A través de la bibliodiversidad se busca que las personas lectoras tengan acceso a una extensa y nutrida diversidad temática y literaria de obras a través de bibliotecas y librerías. Multitud de editoriales, sobre todo pequeñas e independientes, llevan décadas trabajando en esta diversidad de creación y producción para aportar una mirada y una voz distintas, además de para preservar y enriquecer la pluralidad y la difusión de las ideas.
Si bien los grandes grupos participan, por la importancia cuantitativa de su producción, de una cierta diversidad editorial, eso no alcanza para asegurar la bibliodiversidad, la cual no se mide únicamente por el número de títulos disponibles. Aunque cuiden del equilibrio económico de su editorial, los editores independientes se preocupan ante todo por los contenidos que publican. Sus libros aportan una mirada y una voz distintas, en paralelo a la propuesta editorial más estandarizada de los grandes grupos. La producción editorial de los editores independientes y los canales que privilegian para difundir sus libros (librerías independientes, por ejemplo) son por ende imprescindibles para preservar y enriquecer la pluralidad y la difusión de las ideas.
Con ella, las editoriales buscan salir de los círculos económicos para adentrarse en la necesaria creación, preservación y difusión de conocimiento. Pero no lo pueden hacer solas, sino que necesitan la ayuda de librerías y bibliotecas para favorecer que dichas obras lleguen a las personas lectoras y las conozcan. En definitiva, la bibliodiversidad trata de dejar huella en la humanidad a través de la generación de conocimiento variado, diverso e incluso, por qué no decirlo, para minorías. Como comentó María José Gálvez Salvador, Directora General del Libro y del Fomento de la Lectura Ministerio de Cultura y Deporte, en la revista de novedades de la Comisión de Pequeñas Editoriales de la Asociación de Editores de Madrid:
«La bibliodiversidad implica, en mi opinión, la manifestación de la pluralidad y de la riqueza editorial en su máxima expresión: de lenguas, de miradas, de voces, de enfoques, de géneros, de sensibilidades y criterios distintos de edición… y, en ese sentido, es uno de los ejes transversales de las actuales políticas públicas del libro que desarrolla la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte. Promoviendo y profundizando en la bibliodiversidad no solo se protege el carácter cultural del libro, su calidad, su originalidad, su poder de transformación individual y social, sino también a todos los agentes involucrados, sobre todo, el canal principal para llegar al lector que se utiliza: las librerías independientes».
Principales recomendaciones ligadas a las bibliotecas para favorecer la bibliodiversidad
Han pasado ya unos cuantos años desde la publicación del trabajo «80 recomendaciones y herramientas a favor de la bibliodiversidad» realizado por la Alianza Internacional de Editores Independientes. Este documento trata de ser un compendio de recomendaciones y herramientas para defender y promover la bibliodiversidad. Y, como cabría de esperar, el papel de las bibliotecas y el personal bibliotecario es importante en su puesta en marcha y ejecución. Tal y como destaca el Ministerio de Cultura y Deporte en su campaña a favor de la bibliodiversidad para apoyar a los diferentes colectivos dentro del sector del libro:
El editor independiente y comprometido que decide apostar por la calidad de los libros y por su aporte cultural a la sociedad, aunque en algunas ocasiones estén reñidos con el éxito comercial; el librero que decide incorporar a su apretado catálogo libros de escaso tirón comercial y más allá de modas pasajeras; el bibliotecario que busca ofrecer a sus usuarios una muestra bien representativa y diversa de libros, capaz de responder a un amplio abanico de necesidades y gustos, y que tiene siempre presente que las bibliotecas son de todos y para todos; el docente que no se conforma con lo más fácil y que afronta con ilusión cada día la tarea de inculcar en sus alumnos la curiosidad y la mirada crítica a la hora de encontrar sus lecturas; las instituciones públicas y privadas que tienen el compromiso de promover la diversidad cultural en sus distintas vertientes; y los lectores que con su elección diaria contribuyen a hacer posible y sostenible un mundo de lecturas más diverso.
Volviendo al tema central de este bloque, a continuación, se reúnen las principales recomendaciones ligadas a las bibliotecas para favorecer la bibliodiversidad. Estas tienen que ver, sobre todo, con políticas públicas para garantizar la bibliodiversidad, propuestas y acciones para propiciar al bibliodiversidad, medidas necesarias para la edición en idiomas locales y nacionales, y repensar la donación de libro. Por cierto, os animamos a que no os perdáis el trabajo completo realizado por la Alianza Internacional de Editores Independientes.
Recomendaciones de lectura pública, bibliotecas, espacios de lectura
- Implementar programas de lectura pública eficaces y duraderos para el desarrollo de la lectura. Estos programas deben involucrar tanto a los establecimientos escolares de educación secundaria como a las bibliotecas públicas, y mantenerse a lo largo del tiempo. Concretamente, las acciones a favor de la lectura pueden tomar la forma de talleres (narradores, clubes de lectura, encuentros con autores, etc.), celebraciones de jornadas a favor del libro y de la lectura (día del libro juvenil, efeméride de escritores conocidos). La implementación de este programa debe involucrar a todos los eslabones de la cadena del libro.
- Tener en cuenta y reforzar la presencia de catálogos de editores independientes como criterios de adquisición en las bibliotecas. Es fundamental garantizar la presencia de las producciones editoriales locales en las bibliotecas públicas, escolares y universitarias mediante programas de adquisición cuyos criterios sean transparentes, para lograr una verdadera representatividad de la producción editorial de cada país.
- Garantizar la representatividad lingüística en las bibliotecas. Es preciso que las adquisiciones de los bibliotecarios no se limiten a las obras publicadas en el idioma dominante del país, sino que tengan también en cuenta la edición en idioma local (por ejemplo, la edición en idioma bambara en Malí).
- Garantizar en las bibliotecas la representatividad de las diversas culturas que coexisten en un país. Incentivar y sostener a las municipalidades para que anualmente las bibliotecas puedan adquirir un número de ejemplares de textos en idiomas extranjeros (proporcionalmente a la presencia de sus hablantes en el territorio).
Recomendaciones para las bibliotecas físicas y las bibliotecas digitales
- Comprar en las bibliotecas del Norte contenidos digitales publicados por editores del Sur. La presencia de libros digitales producidos en el Sur en las bibliotecas del Norte es una oportunidad para que estas obras circulen y que los lectores tengan acceso a las producciones del Sur. Permite también enriquecer los fondos de las bibliotecas e incrementar la representatividad de la diversidad editorial.
- Realizar encuestas acerca del número de títulos en idiomas locales disponibles en formato digital en las bibliotecas de cada país, particularmente en el mundo árabe, para evaluar el grado de bibliodiversidad de la oferta digital en las bibliotecas –y si fuera necesario, tratar de mejorarlo.
Recomendaciones para los poderes públicos
- Garantizar la presencia efectiva en las bibliotecas y otros centros de lectura de las obras en idiomas locales y nacionales: dedicar presupuestos para adquirir producciones en lenguas locales, apoyar la implementación de operaciones promocionales en los centros de alfabetización, etc.
Recomendaciones para los organismos de donación de libros y los profesionales del libro
- Establecer el acompañamiento, la escucha y las relaciones equitativas como bases de trabajo para cualquier operación de donación: los programas de donación de libros deben estar acompañados por un intercambio de aptitudes respecto a la gestión y la animación de la biblioteca. Por este motivo, es esencial acompañar a los bibliotecarios durante los procesos de adquisición y organización de animaciones. Con tal acompañamiento, los bibliotecarios llegarían a definir con más precisión las necesidades de sus lectores. Es también muy importante que los bibliotecarios puedan evaluar la pertinencia de una donación y rechazarla si la consideran inadaptada.
- Dinamizar la economía local: toda operación de donación debe preocuparse por dinamizar la economía local del país. Los organismos de donación pueden abastecerse en las librerías locales con libros editados a nivel local, y de esa manera participar del desarrollo de la edición local y la estimulación de la red de librerías. Por otro lado, si se mandan obras del Norte a las bibliotecas del Sur, es necesario que a cambio las bibliotecas del Norte compren obras editadas en África, en el mundo árabe, etc., preocupándose por la diversificación y la pluralidad de sus fondos. La adquisición de libros editados en el Sur podría constituir un criterio más para tener en cuenta cuando haya convocatorias en el Norte.
- Alentar el apoyo directo a la edición local: en lugar de mandar libros recuperados de expurgos, algunas bibliotecas del Norte organizan “biblio-mercados de saldos” para recaudar un dinero que servirá, ya sea para constituir un presupuesto de adquisición para una biblioteca local que comprará libros a través de una librería local, o para desarrollar proyectos editoriales dirigidos por editores locales. Una estructura de donación puede así crear un partenariado con una biblioteca del Norte y un editor del Sur: el editor del Sur edita un libro gracias a los fondos recaudados a través de bibliomercados de saldos o cualquier otra actividad organizada por la biblioteca del Norte. Este libro será vendido a un costo menor en, por ejemplo, diversas escuelas del país y podrá ser comprado por bibliotecas del Norte.
Recomendaciones para los profesionales del libro
- Proseguir con las acciones de lobbying ante los poderes públicos de los países del Sur: los colectivos profesionales (editores, libreros, bibliotecarios) tienen un papel que desempeñar al respecto para sensibilizar a los ministerios de Educación y de Cultura en los países y que se voten presupuestos de adquisición permitiendo dotar las bibliotecas con obras del Norte y del Sur (pedidos realizados directamente con las librerías locales).
Antes de finalizar, una curiosidad: ¿sabéis cuándo se utilizó por primera vez el término bibliodiversidad? El colectivo de Editores Independientes de Chile lo utilizó por primera vez en 1990. Con él querían hacer hincapié en que «la actual orientación financiera en el mundo de la edición de libros está conduciendo a una pérdida de independencia editorial». Posteriormente, la Alianza de Internacional de Editores Independientes contribuyó significativamente a la difusión y la promoción del término en varios idiomas.
Fuentes: Alianza internacional de editores independientes | Bibliodiversity: A Manifesto for Independent Publishing | Wikipedia | Shutterstock |