Conversación social televisiva: abriendo la puerta del archivo y la biblioteca
Cada día nos sorprenden con nuevas ideas —o nuevas versiones remozadas— para revitalizar los servicios de los centros de información en general, y de los archivos y bibliotecas en particular. La definitiva integración de Internet en nuestra vida diaria, la consolidación de la digitalización como método de conservación, difusión y distribución de contenidos —apoyada por una creciente red de repositorios y recolectores— y la expansión de la cultura colaborativa hasta alcanzar un creciente grado de cocreación, están impulsando numerosos proyectos y experiencias destinados a acercar a los ciudadanos a nuevas experiencias y enriquecer su visión de cuanto les podemos ofrecer. Si hace algún tiempo hablábamos de llegar donde se encontrasen nuestros usuarios —en su domicilio, en su puesto de trabajo, mientras se desplazan…—, la popularización de la práctica de la segunda pantalla nos ha abierto una puerta para introducirnos en las conversaciones generadas, fundamentalmente a través de Twitter, durante la emisión de los programas de televisión con mayor audiencia. No se trata de practicar un spam impertinente, sino de aportar información a ese 60% de usuarios que utilizan Twitter para interactuar en directo sobre contenidos de televisión, un comportamiento que las marcas siguen muy de cerca.
Obviamente, por su potencial, sus herramientas y sus colecciones, los grandes centros son los que se llevan el gato al agua. Aunque el perfil de la Subdirección General de los Archivos Estatales @ArchivosEst rompió el hielo con antelación, será la Biblioteca Nacional de España la que —tras unos escarceos puntuales, como la difusión del codicilo testamentario de Isabel la Católica durante la emisión del último episodio de la serie producida para TVE sobre este personaje de nuestra historia— acaparará la atención de profesionales y público con las acciones de su perfil @BNE_Biblioteca durante la primera temporada de El Ministerio del Tiempo. Con esta práctica, que ha ido perfilando y consolidando progresivamente, la Biblioteca Nacional busca crear una experiencia narrativa que, además de difundir su fondo bibliográfico y aportar información complementaria a la trama televisiva, la sitúe en el seno de una comunidad activa en la que establecer nuevos vínculos y conexiones, como apuntó Ana Carrillo, Jefa de Servicio de Web, Intranet y Medios Sociales, en el blog oficial de la institución.
#TalDiaComoHoy de 1504 moría Isabel I de Castilla. Este codicilo con su testamento lo firmó tres días antes de morir http://t.co/2B2Gk1xK09
— Biblioteca Nacional (@BNE_biblioteca) 26 de noviembre de 2014