Las bibliotecas también pasan el verano en piscinas y playas
Es llegar el verano y notar como nos cambia el chip. El calor nos aploma, estamos más relajados por la bajada de actividad estudiantil y/o laboral, y se empieza a notar el cansancio acumulado a lo largo del año. Cosas que hacen que se tenga la mente puesta más en las vacaciones que en cualquier otra cosa, y que hacen que se sienta también la necesidad de desconectar y de cargar fuerzas y energías para otro año más de actividad sin descanso.
Las bibliotecas no están exentas de este cambio de chip. Un cambio de chip que hace que estas se pongan el bañador y las chanclas para zambullirse en las bibliopiscinas y biblioplayas. Un zambullido de ocio y entretenimiento a pie del agua y que espera a los intrépidos bañistas en el césped y en la arena. Sin duda que un claro ejemplo de que las bibliotecas están allá donde estén las personas.
Las biblioplayas y bibliopiscinas tratan de ofrecer servicios similares a los que ofrecen a lo largo del año en las bibliotecas… claro está que salvando las distancias en cuanto al tamaño de las instalaciones y los recursos que se pueden ofrecer desde las casetas acondicionadas. Aún así ofrecen materiales para la lectura como libros, periódicos y revistas. Juegos de mesa para el divertimento de los más jóvenes (y no tan jóvenes) mientras pasan el día con familiares y/o amigos. Actividades en las cuales hacer algo diferente a lo que se había ido en principio a pasar el día. Talleres de animación a la lectura, cuentacuentos, wifi…