No pienses lo que tu biblioteca puede hacer por ti, sino lo que harás tú por ella
Cuando se habla de bibliotecas escolares lo primero que suele venir a la cabeza a la gran mayoría de personas es la biblioteca como lugar de castigo. Por suerte, esta imagen no tiene nada (o poco) que ver con la realidad actual. Las bibliotecas escolares llevan años trabajando para convertirse en ese centro neurálgico y motor de creación del centro educativo. Ese lugar de formación y participación de los jóvenes alumnos al cual van para saciar sus necesidades informativas y de ocio, en la mayoría de las ocasiones, a través de la lectura.
El 1er Congreso Iberoamericano de Bibliotecas Escolares (CIBES 2015) [y del cual hemos sido patrocinadores] ha sido un congreso maratoniano en el cual todos los asistentes hemos podido comprobar las buenas prácticas que están llevando a cabo bibliotecas escolares y centros educativos, además de otras actividades de fomento a la lectura. Hay mucho trabajo realizado, pero aún queda mucho por realizar. Y un buen punto para empezar puede ser que haya bibliotecas escolares (bibliotecas escolares de verdad) en todos los centros educativos.
Según señala el artículo 113 de la Ley Orgánica de Educación, los centros de enseñanza dispondrán de una biblioteca escolar y estas contribuirán al fomento de la lectura y a que el alumno acceda a la información y otros recursos para el aprendizaje de las demás áreas y materias y pueda formarse en el uso crítico de los mismos.
¿Y por qué la importancia de las bibliotecas escolares?… Pues ni más ni menos porque las bibliotecas escolares son los faros que pueden guiar a los jóvenes en el mundo de la lectura, de la información y del pensamiento crítico. La biblioteca escolar es tan importante que puede llegar a convertirse (y muchas se han convertido) en centros neurálgicos de los centros en los cuales están presentes. Y, por supuesto, la biblioteca escolar debe crear comunidad a su alrededor.
Hay pocas cosas en el mundo tan relevantes como son los libros. La lectura es imprescindible para el ser humano… y no importa como leas cuando lo importante es que leas. Su participación hace que estos jóvenes se enganchen a la lectura. La biblioteca escolar debe subirse al carro de lo digital, sin perder de vista lo analógico y la cultura impresa.