Favorecen el intercambio de ideas y de experiencias literarias particulares, ayudan a configurar interpretaciones compartidas en las que interactúan diferentes memorias, diversas sensibilidades, distintas percepciones sobre la palabra y los hechos que la palabra cuenta». Así es como entiende los clubes de lectura el gestor cultural Luis Arizaleta, que a partir de septiembre dirigirá dos grupos de este tipo en la Biblioteca de San Francisco de Pamplona. Dos propuestas que girarán en torno a los epígrafes ¿Qué leen los jóvenes? y El padre y que se desplegarán hasta el mes de diciembre en varias sesiones en las que se comentarán libros como Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chobsky, o Juntos nada más, de Anna Gavalda, en el primer caso, y de Tiempo de vida, de Marcos Giralt Torrente, o El arte de volar, de Antonio Altarriba, en el segundo.