Para muchos la biblioteca escolar ha sido, es y seguirá siendo, el primer contacto con el mundo de las bibliotecas. Su presencia es fundamental en los centros educativos, así como su buena gestión y su predisposición para cumplir las funciones encomendadas, como por ejemplo mejorar del rendimiento de los estudiantes a través de los recursos y servicios disponibles. Para ello hace falta el liderazgo del profesional bibliotecario, su formación permanente y una buena planificación, además de tener en cuenta la transformación digital que estamos viviendo.
El pasado mes de junio, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte hizo públicas las estadísticas de bibliotecas escolares del curso académico 2015/2016. El principal objetivo de las mismas es el de proporcionar información sobre las bibliotecas escolares en relación a las principales características relacionadas con su equipamiento e instalaciones, su actividad y sus recursos materiales, económicos y humanos.
Se tuvieron en cuenta únicamente las bibliotecas de centro, sin tener en cuenta las bibliotecas de aula ni las bibliotecas de ciclo/departamento. Según los resultados, el 92,5% de los centros educativos dispone de biblioteca escolar de centro.
La biblioteca de centro es aquella biblioteca en la que se localizan las funciones de gestión principales y las secciones importantes de la colección y de los servicios bibliotecarios. Una biblioteca de centro también puede atender al público en general. En algunos centros, la sala en la que se ubica puede ser de uso compartido.
Los resultados estadísticos se presentan segmentados por centros públicos de Educación Primaria, de Educación Secundaria, de Formación Profesional y centros privados, además del conjunto de todos ellos (y que son los datos que presentamos en ese post). También, algunos datos, se encuentran segmentados por comunidad autónoma y provincia.