¿Conocen las bibliotecas y los archivos a los usuarios de Internet?

16 marzo, 2016 at 08:00

Cuando una biblioteca o archivo se lanza a Internet debe saber a qué personas se va a encontrar. Cuáles son sus preferencias en el uso de Internet, qué redes sociales son sus favoritas, cuánto tiempo pasan navegando, qué hacen cuando se conectan, qué necesidades formativas pueden necesitar… Sin duda que son una serie de pistas que harán que tanto las bibliotecas como los archivos conozcan mejor a las personas.

Las bibliotecas y archivos deben trabajar su reputación online

Y es que recientemente han salido publicados los resultados de la 18ª encuesta a usuarios de Internet que la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) realiza anualmente.

Destacar que casi todo el mundo tiene un smartphone y/o un portátil. De hecho 9 de cada 10 personas en España tienen un smartphone y 8 de cada 10 un portátil. Dispositivos que superan al ordenador de sobremesa y a la tablet. Hecho que no hace más que confirmar a bibliotecas y archivos que la movilidad de los internautas (de sus usuarios) es un hecho. Quieren conectarse desde cualquier lugar y en cualquier momento. Nada nuevo que no se sepa ya de antes.

También a destacar que el 34,1% de los internautas dispone de un lector de libros electrónicos. No está nada mal el potencial de posibles usuarios de préstamo electrónico para las bibliotecas. Y teniendo en cuanta que son internautas pues qué mejor que llegar a ellos a través de los medios digitales y resultados en los buscadores. Comentar que es una lástima que no hayan indagado un poquito más en el tema de la lectura digital y saber el provecho que le sacan dichas personas a sus lectores de libros electrónicos.

El navegador preferido de los internautas es Google Chrome (bibliotecas y archivos tened preparados vuestros ordenadores e instalarlo) y Whatsapp es el servicio de mensajería instantánea favorito de los internautas… quizás haya llegado el momento de lanzarse y comunicarse con los usuarios a través de este medio.

Tampoco hay que dejar de mirar al 77,2% de los internautas que son usuarios activos de las redes sociales (sobre todo de Facebook, Twitter e Instagram). Aunque sí que es cierto que las bibliotecas y archivos tienen que trabajarse mucho los contenidos que comparten porque el 51,1% de las personas solamente dedican a las redes sociales 15 minutos. Tienen que llamar la atención sobre sus amigos y sobre las grandes marcas.

Por otro lado hay un 40,1% de los internautas (cifra que crece cada año) que plasma sus opiniones y comentarios en Internet. Las bibliotecas y archivos tienen que estar muy atentas a esas opiniones sobre su servicio. ¿Y por qué?… porque para el 50,9% de los internautas las opiniones en Internet les crean gran confianza (vengan de quien vengan)… también es verdad que hay un 29,2% que consultan dichas opiniones pero que no les inspiran mucha confianza.

Por último mencionar el crecimiento del porcentaje de personas que han escaneado códigos QR en el último mes. Un 39,7% lo hicieron. Quizás haya llegado el momento de incorporar dichos códigos QR a los registros del catálogo de la biblioteca o de poner alguno más en las estanterías, en las entradas, en el mostrador…

Cómo saber si una fuente de información web es fiable o no

8 marzo, 2016 at 08:14

No toda la información publicada en Internet es fiable. Esto es algo que deberían saber todas las personas, aunque seguro que muchas de ellas lo desconocen. Cuando alguien busca en Google quiere un resultado rápido a una consulta, a una necesidad de información. Pero, ¿quién le dice a esa persona si la información encontrada es válida o no? Muchas veces se dejan llevar por su intuición o por la posición de los resultados.

5 consejos rápidos para evaluar la fiabilidad de la información web

Hay un poco de controversia, por ejemplo, con la Wikipedia. Por un lado están los que piensan que la información que se publica en la plataforma no reúne los requisitos como para ser considerada una fuente fiable por la falta de autoría en sus artículos, e incluso por su falta de objetividad,… pero por otro lado están los que dan mayor importancia a la inteligencia (participación) colectiva para la creación de contenidos de calidad y la rápida actualización. De hecho un estudio elaborado por la revista Nature llegó a la conclusión que la Wikipedia es tan confiable como la Enciclopedia Británica.

Ahora bien, ¿de qué o quién nos tenemos que fiar para conseguir información fiable? Según la Wikipedia (ya que estábamos con ella) hay unas normas básicas en cuanto a sus fuentes fiables. Normas básicas que dicen que los artículos deben utilizar principalmente fuentes fiables, independientes y publicadas, que las fuentes deben respaldar directamente la información aportada, que las fuentes deben tener una buena reputación y que dichas fuentes deben estar disponibles. Y dichas fuentes pueden ser primarias, secundarias y terciarias, publicaciones especializadas, prensa generalista…  pero no autopublicaciones (libros autopublicados, fanzines, páginas webs personales, blogs, foros de discusión, redes sociales…)

Bueno, eso es lo que considera Wikipedia a la hora de redactar sus artículos y conseguir sus fuentes. Recomendaciones que pueden ser aplicadas como norma a la hora de realizar un trabajo. Pero, ¿y qué hacemos con nuestras búsquedas en Google? ¿No son fiables si son enlaces a blogs o páginas web? Sí, son fiables hasta que no descubras lo contrario… aunque casi mejor al revés: no son fiables hasta que no compruebes su fiabilidad / veracidad.

Está claro que la información que encontramos por Google cuando queremos hacer un trabajo hay que cogerla con pinzas. No basta con quedarse con la primera búsqueda realizada, el primer resultado que se muestra y hay que mirar más allá de la primera página de resultados. Sobre todo hay que fijarse en el medio que publica dicha información, su autor, si el contenido se ajusta a lo que se busca…

La mejor colección de una biblioteca no son sus libros, sino sus usuarios

16 noviembre, 2015 at 08:13

Las bibliotecas y los bibliotecarios/as trabajan en pro de la libertad, la cultura y la democracia en la sociedad. Son una organización y una profesión que siempre está en constante evolución para adaptarse a las necesidades sociales, económicas, culturales y tecnológicas. Bibliotecarios/as que luchan por acercar el conocimiento a los usuarios para que tengan un mejor futuro, y que también luchan para acercarles la cultura para que tengan un mejor presente. Porque los bibliotecarios/as son creadores de felicidad y las bibliotecas tienen una mejor colección que sus libros, y esa colección son sus usuarios.

Los usuarios son la mejor colección de las bibliotecas

Quizás esta pequeña introducción resume brevemente lo que fueron algunas de las claves de las XVIII Jornadas Bibliotecarias de Andalucía: Innovación, profesión y futuro. Jornadas en las cuales volvimos a estar presentes y que patrocinamos un año más. Y estando en Granada no podía faltar el ilustre poeta Federico García Lorca… y siendo unas jornadas bibliotecarias fue de cita ineludible el discurso que dio el día de la inauguración de la biblioteca de su pueblo allá por 1931:

[…] No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. […]

Destacamos la ponencia inaugural a cargo de Nieves González sobre marketing en bibliotecas. Marketing que no es efectivo sin una estrategia que lo sustente todo, porque al fin y al cabo las estrategias son más importantes que los recursos. Las bibliotecas tienen que ser capaces de atraer a los usuarios con los contenidos que ellos necesitan, tienen que comunicar lo que hacen y ser capaces de hacer nuevas cosas para llegar a esos usuarios, para llegar a sus usuarios… y los medios sociales pueden ser una muy buena herramienta para llegar y hacer que el uso de los servicios aumente.