La lectura facilita el desarrollo personal, cultural, profesional y social de las personas. Se puede decir que es una de las acciones más importantes que adquirimos en la infancia y que nos acompañan a lo largo de la vida. Y es que la lectura, y una buena competencia lectora, nos facilita adquirir conocimiento, formar parte activa en la vida pública de la comunidad, desarrollar habilidades profesionales y mantenerlas actualizadas, y acceder al placer de la lectura de manera individual y colectiva.

Hay etapas en la vida en las que abandonamos la lectura por falta de tiempo, interés o recursos. Es ahí donde deben aparecer las instituciones locales y agentes colaboradores para facilitar los medios que propicien que la comunidad no se quede estancada y tenga disponibilidad para acceder a los libros y a su lectura. Proponer un plan de lectura a nivel local que proporcione estímulos y propuestas culturales, y que cuente con los recursos humanos y materiales imprescindibles para fomentar la lectura.

Incrementar los índices de lectura de una comunidad y mejorar la competencia lectora de sus miembros contribuye a generar una sociedad más avanzada desde el punto de vista social, cultural y económico. Considerar la lectura como una tarea colectiva y transversal e invertir en ello ayuda a crear una sociedad más cohesionada, más innovadora y más equilibrada socialmente, ya que favorece el pensamiento crítico, la igualdad de oportunidades, los mejores resultados académicos y un mayor disfrute de la cultura. Así lo demuestran estudios sociológicos y lo promueven organismos oficiales.

Las bibliotecas son espacios para el acceso a todo tipo de información y conocimiento. La extensa y diversa variedad informativa y temática en sus colecciones son puntales para la construcción de bibliotecas para todas las personas. Este hecho hace que haya libros o que se fomenten actividades que no son bien vistas por determinadas personas o pequeños grupos sociales, los cuales tratan de condicionar o cerrar el acceso a determinados materiales o servicios. Y es que la censura está muy presente en todo tipo de bibliotecas.

La Oficina para la Libertad Intelectual de la American Library Association elabora anualmente una lista de los 10 libros más cuestionados con el fin de informar sobre la censura en las bibliotecas. Esta lista se basa en la información publicada en los medios de comunicación y en los informes voluntarios enviados a la asociación por comunidades de todo el país. Comentar que la lista de los 10 libros más cuestionados son solamente una pequeña muestra de la situación, ya que las encuestas indican que entre el 82 % y el 97 % de las impugnaciones sobre los libros no se denuncian y no tiene repercusión en los medios de comunicación.

Los libros abren multitud de puertas a diversos mundos que favorecen el conocimiento, el entretenimiento y la evasión de las personas. Vehículos de historias que perduran con el paso del tiempo y despiertan emociones nada más tocarlos. Estos forman parte de la vida de las personas desde etapas infantiles, y procuran estar junto a ellas durante toda la vida. Las bibliotecas públicas propician este acompañamiento para que nunca falte algo, o todo, para leer.

El préstamo de libros sigue siendo el servicio estrella de las bibliotecas públicas. Gracias a él, cualquier persona puede tomar prestado cualquier libro disponible y llevárselo a casa gratuitamente durante un tiempo determinado. No habría que pasar por alto que uno de los objetivos que persiguen las bibliotecas públicas es fomentar la lectura en la sociedad. Con ello buscan que las personas, que todas las personas, puedan obtener y sacar el máximo partido de los beneficios de la lectura en sus vidas personales y profesionales.